Apuntes para un nuevo comienzo; en busca de una nueva conciencia del café

Pensar en una nueva normalidad nos exige revalorar el orden actual de lo real y, al mismo tiempo, nos permite darnos cuenta de que todo tiene raíces profundas.

Por Mara Magaña

Fotografías por Alan Galvez

Pensar en una nueva normalidad nos exige revalorar el orden actual de lo real y, al mismo tiempo, nos permite darnos cuenta de que todo tiene raíces profundas. Los nuevos comienzos no surgen de la nada, son más bien reapreciaciones de lo que se tiene delante.

Este momento de quiebre ha traído infinitas posibilidades y dentro de ellas existen muchas  formas en las que podemos configurar el futuro del café. Quizá este tiempo de recogimiento nos haya permitido mirar distinto y pensar en alternativas desde nuestros hogares y desde los países productores. 

Creemos que las grandes cosas no son ni serán nunca resultado  de la casualidad, sino de la suma de esfuerzos y del trabajo duro; que dependemos del apoyo mutuo, del conocimiento compartido, de nuestras comunidades y de la sed de futuro de sus generaciones más jóvenes, pero sabemos también que para innovar debemos conocer bien el trabajo de los que nos antecedieron. 

Es esta la visión que busca compartirnos Samuel Ronzón, productor mexicano, cuyos cafés son manifestaciones de algunas de las muy bellas posibilidades que puede llegar a traer consigo este cultivo.  Samuel es reconocido dentro de la industria a nivel nacional e internacional especialmente por sus innovadores lotes diferenciados.

De la misma manera, en Revista Roast, con el fin de continuar trabajando por forjar comunidad y transformar los paradigmas en busca siempre del bienestar común, nos acercamos a Samuel para iniciar con la elaboración de una primera serie de distintos artículos que aparecerán distribuidos en nuestras publicaciones en línea y nuestra revista impresa como parte de un nuevo esfuerzo por comenzar con un proyecto de recolección del conocimiento que existe en la cadena productora de habla hispana.  

Para Ronzón  el trabajo por sacar a relucir todo este potencial de sabor propio de los granos debe partir de la tierra  y el cuidado del cultivo desde los aspectos más básicos. “El valor de los procesos comienza en la tierra, el campo es el origen porque de ahí obtienes todo lo demás. A nosotros nos sirvió  entender esto también para revalorar y volver a interpretar de dónde venimos”, comenta en un primer acercamiento que tuvo con el equipo editorial de Revista Roast.  De ahí que esta primera serie tenga como eje central la tierra y el trabajo en el campo pensado desde la idea de una reapropiación estratégica del origen, en donde se abordarán temas tales como el cuidado de la planta, la diferenciación de los varietales,  buenas prácticas, entre otros. Este primer artículo de la serie aparecerá en nuestra edición mayo junio.

Lo que aquí se intenta plasmar es toda una ideología, queremos crear una nueva conciencia del café al recoger estas reapreciaciones y profundo conocimiento empírico de nuestros propios expertos para así, reapropiarnos poco a poco de la riqueza que ofrece el café en y para los países productores. Queremos pensar en la creación de una cultura en la que los países productores se reapropiarán de sus riquezas; conocerán lo que producen, y llevarán a cabo una revaloración tal que les permitirá quizá  elevar el nivel de consciencia de sus consumidores para conseguir mejores precios, además de dignificar la vida y permanencia en el campo.>

Sin duda se necesita trabajar mucho para lograr todo esto, nada se cultiva de la noche a la mañana, así como las cerezas no son algo que se pueda cosechar de un día a otro. Además necesitamos también escapar a ciertos vicios del sistema, pues a veces este termina por aprisionarnos y convertirnos en autómatas incapaces de actuar de forma coordinada e inventiva, nos convertimos en simples engranes dependientes de los programas de gobierno, de los fertilizantes y las semillas que estos ofrecen, de los presupuestos aprobados, de los intereses de algunos grupos políticos. Dejamos de ser miembros proactivos de nuestras comunidades dispuestos a crear nuestra propia ruta, nuestros propios medios. “Dejas de observar, de ser creativo, te vuelves dependiente del sistema y no se trata de eso, se trataba de entender como región lo que alguna vez fuimos. De entender esa unión, esa visión, esa capacidad de observación, toda esa serie de elementos que nos permitieron y nos van a permitir poder llegar a ser algo más”, reflexiona Samuel. Quizá ahora más que nunca necesitamos revalorar nuestros recursos,  compartir el conocimiento, reconfigurar el pasado y proyectarnos de manera propositiva hacia el futuro.